“Estar en sobrepeso es difícil, estar en forma es difícil, escoge tu difícil.
Estar endeudado es difícil, ser disciplinado financieramente es difícil, escoge tu difícil.
Trabajar de 8 a 5 todos los días es difícil, emprender es difícil, escoge tu difícil.
La vida por naturaleza es difícil. Lo único que debes hacer es escoger tu difícil.”
Esa fue la frase que escuché en un video hace unos días y se me quedó grabada, porque es muy real. Nada es completamente fácil pero lo que cambia tu vida no es evitar la dificultad, sino escoger conscientemente el tipo de dificultad que estás dispuesto a enfrentar.
¿Qué es la disciplina y por qué nos cuesta tanto?
La disciplina no es rigidez, no es vivir a base de deberes, culpas o autoexigencia vacía. La disciplina es, en realidad, un acto de amor propio: es hacer hoy lo que nuestro “yo del futuro” agradecerá.
Sin embargo, nos cuesta porque vivimos en un entorno que premia lo inmediato. Recompensas rápidas, gratificación instantánea, entretenimiento sin pausa. Y frente a eso, mantener una dirección clara se vuelve un reto.
La disciplina no se trata de fuerza de voluntad
Es común creer que las personas disciplinadas tienen una fuerza de voluntad sobrehumana, pero no es así. La mayoría de las veces, la disciplina se basa en estructuras, hábitos pequeños y decisiones conscientes, no en impulsos heroicos.

¿Y cómo empezar a construir disciplina?
Una técnica que personalmente me ha servido es el enfoque del “mínimo viable”.
Este método consiste en identificar la acción más pequeña posible que puedas realizar hoy, sin excusas, para acercarte a tu meta. La clave es que esa acción sea tan sencilla que resulte difícil no hacerla.
Por ejemplo:
– Si quieres empezar a hacer ejercicio, no pienses en una hora de gimnasio. Empieza con 10 minutos de caminata al día.
– Si quieres leer más, no te propongas terminar un libro en una semana. Propón leer una sola página cada noche.
– Si quieres escribir, no te exijas un capítulo. Empieza por un párrafo.
La disciplina no se construye con grandes esfuerzos esporádicos, sino con pequeños compromisos diarios que acumulen confianza y constancia. Lo importante no es cuánto haces hoy, sino que hoy sí hiciste algo.
Con el tiempo, lo que comenzó como una acción mínima se convierte en un hábito sólido, y ese hábito en una nueva versión de ti mismo: más fuerte, más enfocado, más libre.
Entonces, la próxima vez que digas “me cuesta” o “no tengo tiempo”, recuerda esto: igual va a ser difícil. Pero hay uno de esos “difíciles” que te acerca a la vida que sueñas, y otro que te deja estancado.
No se trata de hacerlo perfecto, se trata de empezar.
“La libertad no es más que una oportunidad para ser mejor, y la disciplina es el camino para lograrlo.”
— Albert Einstein
Excelente reflexión, gracias por compartir tus conocimientos y pasión por estos temas que hacen parte fundamental de todo lo que nos propongamos en la vida, es fuente de inspiración y recordar constantemente la importancia de trabajar duro y perseverar.
¡Muchas gracias por tus palabras! Me alegra profundamente saber que el mensaje conectó contigo. Coincido totalmente: trabajar con intención, constancia y desde el propósito hace la diferencia en cualquier meta que nos propongamos.🙌
Me encantó Juan ! Definitivamente la disciplina nos lleva a cumplir objetivos, empezando por pequeños pasos como un acto de amor propio
¡Gracias Monica! 💬 Me alegra mucho que te haya echo sentido el mensaje. Totalmente de acuerdo contigo: la disciplina empieza con esos pequeños pasos que nos regalamos cada día, no como obligación, sino como una forma de cuidarnos y honrar nuestro propósito.